Читать книгу Apuntes de Historia de la Iglesia 6. Edad Contemporánea - Siglo XX онлайн

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7. Rusia. Notas: de Pedro el Grande (1689-1725) a 1890

Antes de que principie el reinado de Pedro el Grande, decisivo para la apertura Rusia a Occidente, ya hubo largo pleito sobre si el país debía abrirse o no a la cultura e ideas del Occidente de la época. La cuestión se había planteado durante el reinado del zar Alejo (1645-75). El pueblo era del todo reacio, y sólo una reducida minoría de la nobleza, no decisiva para el cambio, estaba a favor. El mayor influjo en favor de la apertura era el de las minorías de extranjeros establecidos en Rusia: instructores militares contratados por el gobierno, comerciantes de las capitales, vecinos del barrio alemán de Moscú...

El Cisma de “los viejos creyentes”

Aquella división de los espíritus, anterior a Pedro el Grande, afectó también a la vida de la Iglesia ortodoxa. El intento del patriarca Nikón (1652-66) de modificar ritos y rúbricas de la liturgia tradicional, que no afectaban en realidad a la fe, provoca no obstante un cisma en la Iglesia rusa de larga consecuencia. El Estado apoya la reforma de Nikón y reprime con numerosas ejecuciones a los disidentes (los raskolnitz o viejos creyentes). Éstos, muy numerosos entre el pueblo y los monjes, acusan a los zares y a la jerarquía eclesiástica ortodoxa de abjurar de la antigua fe y traicionar la misión de la tercera Roma. Considerados por ley rebeldes al Estado a partir de 1685, millares fueron ejecutados. La represión del cisma (raskol) tuvo muy graves consecuencias para el monacato ruso, en su mayoría adherido a los viejos creyentes. Muchos monasterios, antes grandes centros de piedad, son suprimidos134.

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