Читать книгу Apuntes de Historia de la Iglesia 6. Edad Contemporánea - Siglo XX онлайн

82 страница из 206

Otra alianza asombrosa de la época fue la de Italia en 1882 con su secular enemiga Austria. Fue provocada por la entrada en Túnez de tropas francesas para ampliar la expansión colonial gala por el norte de África. En Túnez trabajaban entonces unos 50.000 italianos, y el gobierno de Roma tenía previsto tomarlo como colonia propia. El decidido y abierto apoyo de los gobiernos austriaco y alemán al proyecto italiano condujo a aquel tratado secreto de mutua ayuda en caso de agresión por Francia, que fue renovado sucesivamente casi hasta la misma Primera Guerra Mundial. Pero al estallar ésta, Italia opta por la neutralidad, y en mayo de 1915, por el tratado de Londres, entra en la guerra junto a la Entente, muy presionado el gobierno de Roma por los grupos nacionalistas (muy significado el de Mussolini) que reclaman de Austria la entrega a Italia del Tirol y de parte de Dalmacia (las tierras irredentas).

El nuevo kaiser, Guillermo II (1888-1918), que no comparte las prudencias de Bismarck, proyecta, acorde con una amplia nueva generación pangermanista, hacer de su país el eje del mundo. Apoyado en su potencia económica y militar, provoca sin mayor necesidad una serie de conflictos internacionales, casi sólo acompañada por Austria (y pronto por Turquía y Bulgaria). A estos riesgos externos para la continuidad del II Reich se suma el gran crecimiento de la oposición socialista, que en 1912 llega a convertirse en el primer partido del parlamento, que se declaraba internacionalista y pacifista a ultranza.

Правообладателям