Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн
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No hubo ningún momento en que quisiese resaltar las situaciones difíciles, peligrosas y dramáticas que vivió. Pensaba que eran producto del tiempo que le había tocado vivir y que solo había hecho lo que firmemente creía que se debía hacer. No había en los relatos que me contaba nada de protagonismo épico por su parte. Siempre dijo que su historia era una más y que si escribió sus memorias lo hizo para que sus hijos, nietos y biznietos tuviesen un testimonio de cómo había vivido y de los ideales que siempre había defendido.
Pocos meses después de este homenaje, su entrañable amiga Pilar Sanz, que había leído sus memorias, viendo que se encontraba muy enfermo y movida por el cariño que le profesaba, se dirigió al Vicerrector de Cultura de la Universitat de València, Antonio Ariño, para pedirle que valorase la posibilidad de su publicación. Y Ariño, que ya tenía noticias de ellas por Salvador Albiñana, sin dudarlo un instante y con una gran generosidad, cogió su pluma y firmó de inmediato su autorización en un folio con el cuño de la Universitat. Ese mismo día por la tarde, mi padre, al leer el documento, recibió una de las alegrías más gratificantes de sus últimos días.