Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн

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Con simples relatos como este nos hace experimentar la solidaridad de la que estaba tan necesitado ese batallón de refugiados que empiezan a salir de los denigrantes campos de concentración, donde por cierto había más dignidad que la que tuvieron los gobernantes franceses con su política de no intervención y su posterior actuación cuando el ejército republicano cruza la frontera.

Es la solidaridad necesaria para superar el sufrimiento que se produce tras la derrota. Sin ella hubiese sido más difícil poder sobrevivir, sobre todo en el París ocupado. Son muchos nombres: Soria, Escuer, Paquita Velas, Vizcaíno, María García, Calpe, Talón, Collar, Hurtado, Baruch, Royo… y tantos otros citados en sus memorias los que van a necesitar de la fraternidad y camaradería para soportar el miedo y los silencios que acompañaron su vida. Miedos y silencios que a su vez se entremezclan con momentos de felicidad, porque el miedo se tiene que olvidar para seguir viviendo. Y vivieron intensa y apasionadamente, de tal manera que incluso de este periodo tan difícil y peligroso, el recuerdo que tienen de París es inolvidable. París, a pesar de la ocupación nazi, a pesar de las ejecuciones de los alumnos del Liceo Buffon, y otros más, incluso con la reclusión en la cárcel de la Santé y todas las penalidades, aparecerá, durante toda su vida, como una estela de juventud, de afecto y de lucha. Del miedo y de los silencios ya se encargó la dictadura cuando regresaron a España.


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