Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн

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Posteriormente, la lucha por la vida, los tiempos del pluriempleo, el intento de seguir adelante con dignidad. Todo esto ya lo vivimos sus hijos y lo recordamos con cariño y emotividad, más aún con el paso del tiempo que, en vez de atenuar las vivencias las refuerza y da más valor al sacrificio de nuestros padres que se esforzaron para que nuestra infancia y adolescencia fuese lo más feliz posible.

Yo de pequeño recuerdo a mi padre siempre muy activo, trabajando junto a mi madre, muy unidos y compenetrados y muy atentos a todas nuestras cosas, aunque éstas fuesen de poca importancia. Lo recuerdo llegar a casa con su prensa y revistas francesas bajo el brazo, que nos hacían intuir un mundo diferente al que vivíamos. También lo recuerdo escuchando la Pirenaica o la BBC, noche tras noche. La libertad que nos daba a todos los hermanos, la tolerancia que tenía con nosotros. Las visitas a la casa de la calle de la Nave, esa «casa abierta» siempre llena de gente, donde te podías encontrar a tantos amigos de mi padre, como Rafa Izquierdo, que fue el primero que me habló de la FUE y me contaba aventuras extraordinarias. Con todas mis tías: Carola, Manola, Cándida, la tía Concha y sus amigas –casi todas hijas de padres represaliados– el tío Tomás, la tía Mariví, el tío Vicente, el tío Enrique Tomás y la tía Juanita, los primos… Las comidas en la playa de las Arenas que tanto disfrutaba, los amigos de Picassent…


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