Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн
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Republicano de la época de Blasco Ibáñez, anticlerical, antimilitar, su trayectoria política siempre se iba decantando hacia la izquierda, pues a raíz de los acontecimientos de represión durante el bienio negro, el espacio político de Azaña se le hizo estrecho y empezó a simpatizar con las ideas socialistas. Este desplazamiento hacia posiciones más progresistas, tanto en políticos, como en personas, lo valoraba con conceptos de admiración, en tanto que lo contrario era motivo de crítica.
Un episodio en su vida que asevera esta rectitud y firmeza lo conocí en una de las visitas que mutuamente se hacían el general de la Guardia Civil, Uribarri –liberal y masón–, padre del capitán Manuel Uribarri, también de la Guardia Civil, y mi padre. Su amistad se remontaba a principios de siglo cuando Uribarri –padre– estaba destinado en Castellón y mi padre ejercía como oftalmólogo en la misma ciudad. Rememorando tiempos pasados se comentó el suceso al que quiero referirme.
Ocupando mi padre el cargo de jefe de Oftalmología del Hospital Provincial de Castellón, sobrevino la dictadura del general Primo de Rivera. A su vez era miembro titular de la Comisión Mixta de Médicos Militares y Civiles para el reconocimiento de los reclutas. Estos cargos no los había conseguido políticamente, ya que dadas sus ideas liberales durante el entonces reinado de Alfonso XIII, había prevalecido su reconocida distinción profesional, lo que no era óbice para que, por ocupar estos cargos, estuviera vinculado a las autoridades civiles y militares.