Читать книгу Si tuviera que volver a empezar.... Memorias (1934-2004) онлайн
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Esta primicia universitaria la hubiera cedido voluntariamente con gran amor a mi hermana Juanita dotada ella de marcada inteligencia, reflejada en unas notas brillantes, ya que ello hubiera conllevado el no haber conocido la desgracia de su muerte pocos años antes. Era nuestra hermana mayor muy agraciada por una gran hermosura. En mi recuerdo, irrepetible.
Al principio creí que mi éxito me aportaría una independencia para disfrutar abiertamente de los meses de verano y preparar cómodamente el ingreso en la Universidad, reválida imprescindible para incorporarme a la Facultad de Medicina; pero mi padre de profesión médico, especializado en Oftalmología no opinaba tan generosamente y sólo me concedía las tardes para estudiar y para mis ocios. Por las mañanas tenía que ayudarle en la consulta que se iniciaba a las diez de la mañana, encargándome de la preparación y desinfección con el autoclave, del instrumental para las dos o tres intervenciones programadas para el día y que debía tener a punto antes de las doce y media, en que acudían sus ayudantes los doctores don Antonio Prior y don Fabio Pacheco que revisaban mi trabajo y seguidamente se iniciaba la sesión operatoria que duraba normalmente hasta las dos y media. Creo recordar que en este menester me ayudaba mi hermano Tomás, incluso Cándida colaboraría en la preparación del autoclave.