Читать книгу Los días y los años онлайн
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Habían sido cercados, decía el del Poli, esperaban que simplemente se les impidiera el acceso al Zócalo; pero nunca que se les cercara en una calle tan estrecha como Madero.
–No podíamos retroceder –continúa–, pues nos habían cortado todas las retiradas. Algunos lograron colarse y dieron aviso a los que se encontraban en el mitin, pero éstos también fueron rechazados. Se lanzaron de nuevo contra nosotros y las personas que habían quedado acorraladas; luego nos dispersamos, yo tiré unas pedradas y seguí corriendo.
–Por todo el centro de la ciudad se veían personas golpeadas –dice el de la prepa– y grupos de granaderos que irrumpían en los lugares donde pudiera haber estudiantes escondidos. En la prepa 2 iban saliendo de clase, aquí habíamos tenido un festival, y lo mismo: saliendo nos estaban esperando, regresamos a refugiarnos en la escuela sin entender el motivo del ataque pues ni siquiera habíamos estado en la manifestación.
La policía fue tan eficiente que en una sola tarde golpeó a los politécnicos que protestaban por las agresiones policiacas iniciadas esa semana; a los universitarios de las prepas, que son los más rápidos en responder; a los miembros de diversos grupos políticos de izquierda presentes en la manifestación que conmemoraba el 26 de julio y, entre ellos, al mismo Partido Comunista que tan felices declaraciones acababa de hacer a raíz de la entrevista sostenida con Díaz Ordaz. Las acciones de la policía lograron lo que parecía imposible: la unión Politécnico-Universidad, y la de los grupos de izquierda.