Читать книгу Psicología para terapeutas. Una guía esencial para terapeutas integrativos y complementarios y profesionales de la salud онлайн
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La solución que podemos ofrecer a lo que trae el consultante como preocupación o motivo de consulta, puede ser, básicamente, de dos tipos: curación o sanación. Si bien en muchos casos ambos términos son tomados como sinónimos, es importante diferenciarlos, para saber dónde posicionarnos y qué pretendemos lograr con nuestra terapia. De acuerdo a nuestra formación terapéutica, habilidades conquistadas y metas personales que deseamos lograr como terapeutas, es decir, qué nos genera satisfacción en lo personal con nuestros logros terapéuticos, nos centraremos en uno u otro proceso:
Cura: se produce cuando un consultante que presenta un síntoma o enfermedad, acude a un profesional de la salud o a un terapeuta y el síntoma que lo perturbaba logra ser suprimido, erradicado, eliminado, y ya no lo perturba más.
En el proceso de cura, el profesional de la salud o el terapeuta hace foco en el motivo manifiesto de consulta; identifica el problema, utiliza estrategias puntuales de intervención y si el síntoma o la enfermedad remiten, referimos que el consultante está “curado”, es decir, se ha restablecido su salud y el motivo de consulta por el que acudió fue resuelto. Aquí entonces podemos afirmar que el tratamiento ha sido un éxito, pues se cumplió con el objetivo de eliminar el malestar o dolor. Para el consultante que acude con un problema puntual y lo que desea es que ese problema desaparezca, sí lo fue; así como también para aquellos terapeutas que se centran en el problema y en cómo combatirlo. Pero si consideramos que los síntomas tienen mucho más para decir que lo que muestran, los veremos como la punta del iceberg, es decir, la parte visible de un trasfondo más complejo, profundo y liberador por descubrir…