Читать книгу Lecciones de economía española онлайн
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En cualquier caso, las perspectivas de la economía española en el seno de la Eurozona van a depender crucialmente de los cambios institucionales que hagan viable la moneda única. El euro es algo más que una moneda. Es un proyecto político que implica la pérdida permanente de la soberanía nacional. Pero, como reconoció Robert Mundell ya en 1961, la moneda es la expresión de la soberanía nacional y una reorganización de las monedas, como se ha hecho en Europa, solo es factible si va acompañada por cambios políticos profundos. Estos cambios tienen que ir en la dirección de una mayor integración política. Para que diversos países y regiones puedan compartir una moneda es necesario no solo, ni principalmente, una mayor sincronización de los ciclos económicos y una mayor convergencia real, sino disponer de un conjunto de reglas e instituciones comunes que anulen muchas de las parcelas de soberanía nacional que todavía existen. En particular, es preciso que entren en funcionamiento mecanismos de transferencias de fondos dentro de los miembros de la Eurozona, de manera que, ante cualquier desequilibrio en algún país o región, los instrumentos estabilizadores eviten ajustes tan dolorosos en términos de producción y empleo como los que hubo que realizar para superar la Gran Recesión. Para alcanzar este objetivo es necesario que los países de la Eurozona sean conscientes que comparten un destino común y se den pasos ambiciosos en la integración política, pues ello será la garantía de que el periodo de paz y prosperidad iniciado en los años cincuenta se prolongue indefinidamente en sociedades abiertas y democráticas.