Читать книгу La soportable gravedad de la Toga онлайн

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¿Y por qué un abogado se mete a escritor de ensayos jurídicos, como si su actividad forense ya fuese de por sí ocupante del tiempo disponible? Late en mí la férrea voluntad por aspirar a algo más que a ser abogado (que no es poco) sino en convertirme en un jurista en el sentido clásico del tiempo. No es más que la consecuencia de un carácter forjado en mis años de infancia y juventud a través de la educación recibida, que puede resumirse en esta frase que mi padre repetía como un mantra: “hijo en la vida puedes ser lo que quieras, pero intenta ser el mejor en eso que elijas”.

No piensen que mi padre era una especie de manipulador de anhelos infantiles, porque el “intenta” de esa frase era lo sustancial, la vocación de luchar por un objetivo, no tanto de conseguirlo como de no decaer en el intento, pero con absoluta libertad de elección por mi parte (no es que le diera lo mismo que fuera abogado o sexador de pollos, pero nunca tuve la presión por ser lo soy, de hecho soy el primer abogado de la familia).

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