Читать книгу El arbitraje marítimo en Londres. (2ª edición ampliada y revisada) онлайн

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Dada la gran diferencia entre los honorarios de Solicitors y Barristersssss1, hay quien cae en la tentación de entrar en contacto directamente con un Barrister para encargarle la gestión del caso. Si bien para conocer la posición bajo derecho inglés sobre un punto en concreto o para obtener una opinión preliminar antes de lanzarse a iniciar un arbitraje en Londres el Barrister podría ofrecer sus servicios, éste no dudará en rechazar una gestión integral del asunto, por cuanto su propio código deontológico les prohíbe llevar a cabo actividades de “dirección, gestión o administración general de los asuntos de un cliente de a pie así como las de dirección, gestión o administración general de un litigio y la recepción o gestión del dinero del cliente”.ssss1

En cualquier caso, el abogado foráneo se encuentra ante una posición difícil en el momento de explicarle a su cliente que no sólo existe la necesidad de contratar a un Solicitor sino que en un momento determinado del proceso será necesaria la intervención de un Barrister, lo cual incrementa en mucho las costas de todo el proceso arbitral. Ello no es óbice, con todo, para que se requiera al Solicitor a que o bien no involucre al Barrister hasta que sea estrictamente necesario o bien, si se entiende que va a tener que llegarse hasta el final sin posibilidad de transaccionar el asunto, que se involucre desde un principio de modo que el Solicitor lo haga lo menos posible para evitar así duplicidad de actuaciones. Por esta misma razón, en determinados casos puede obrarse en sentido contrario, de modo que se encargue al Barrister la redacción del escrito jurídico que sea menester, pues como decimos, en ocasiones, los Barristers suelen ser más rápidos y económicos para este cometido.

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