Читать книгу El gobierno de la función legal en las organizaciones. Operaciones legales, Innovación y Digitalización онлайн
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4.3. Control de las firmas externas
Tal como hemos apuntado más arriba, la relación entre el abogado externo y el abogado interno ha de basarse en el respeto y la confianza en el asesor elegido. Asimismo, la empatía es básica para garantizar el buen entendimiento. A tales efectos, resulta crucial definir el alcance de los servicios contratados, las expectativas que se tienen del servicio esperado y el calendario. Los tiempos son cruciales en el día a día de una empresa y el asesor externo ha de entender esta variable como prioritaria para convertirse en un apoyo del abogado interno.
El éxito de la consecución de los objetivos arriba expuestos depende, en igualdad de importancia, de sendas partes. El asesor externo no puede conocer la empresa y su cultura como un asesor interno en tanto en cuanto no está en el día a día de cada cliente, además de que su tiempo no se lo permitiría ya que ha de atender a otros clientes. Por ello, es labor del asesor interno proporcionar el apoyo documental y de enfoque que precise el abogado externo para conseguir el mejor resultado esperado. La disponibilidad ha de ser recíproca y sendos asesores han de prestarse ayuda con inmediatez. En este aspecto, la relación que les une es de colaboración.