Читать книгу La educación sentimental онлайн
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Tenemos también el caso de Martinon. Desde los primeros capítulos, en el encuentro en una algarada de estudiantes, ya se dice de él que no es valiente. Pero lo que Frédéric no ve (realmente Frédéric casi nunca ve a los otros, y como el lector le acompaña siempre, a veces tampoco ve, y el narrador no hace nada para desengañarnos, a no ser en estos pequeños detalles) es que Martinon tiene una meta que va forjando desde el principio: conseguir una situación envidiable de fortuna, de matrimonio, de estatus social.
Y en el primer capítulo, la epifanía de toda la novela. El detalle fundamental: la aparición de la señora Arnoux. Y para remarcarlo, el narrador nos lo señala en un punto y aparte y un espacio en blanco.
Fue como una aparición.
Esta técnica de la frase lapidaria y espacios en blanco, la veremos a lo largo de la obra:
¡Arruinado, despojado, perdido! (cap. VI, 1.ª parte)
Viajó (cap. VI de la 3.ª parte)
Regresó.
Eso fue todo.
Hay detalles enigmáticos, cuyo misterio deambula a lo largo de los capítulos de la obra: las joyas de Rosanette y la Vatnaz, sus encuentros y desencuentros; el cofre con cierres de plata, que pasa por las manos de la señora Arnoux, de Rosanette, de la señora Dambreuse, y la famosa cabeza de ternera, cuyo misterio se mantiene hasta el último capítulo, por ejemplo.