Читать книгу La educación sentimental онлайн

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Dos ejemplos de ese dejarse llevar, sin contacto con los demás, como el vapor que discurre por el río en el primer viaje, en el que el narrador va pasando las hojas de ese álbum, y la descripción sigue el ritmo del agua. En ese momento está rodeado de todos esos viajeros, reflejo de la sociedad, y Frédéric no se identifica con ninguno.

Y el viaje nocturno, en diligencia desde Nogent a París, en el que el ritmo es el ritmo del sueño, sueño que continúa con la búsqueda de Arnoux y de Regimbart por París. Es como si el sueño lo alejase de la realidad, y, por lo tanto, del resto de la humanidad.

Conocemos en la biografía de Flaubert la importancia que concedió a sus amigos. Sus dos más antiguos como Louis Boui­lhet y Alfred Le Poittevin, su mentor, que murió joven, y uno de los más influyentes respecto a sus ideales literarios. Maxime du Camp, que comparte con Flaubert viajes, proyectos, correspondencia. Si bien se distancian, toman diferentes caminos respecto a la literatura. Conocemos también, a través de su correspondencia, cómo Flaubert llora por sus amigos muertos, pero también se lamenta, incluso airadamente, de que sus amigos se casen o ejerzan una profesión, que le dejen solo con su obsesión con la literatura. Soy el único «monstruo», llega a decir.

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