Читать книгу Exabruptos. Mil veces al borde del abismo онлайн
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Ambos cónyuges sabían que esta situación acarrearía un cúmulo de posibilidades que ayudarían al fortalecimiento del matrimonio. Un hijo siempre trae unión al grupo familiar, pensaba Lorena. Ella había nacido dispuesta a alcanzar su entera satisfacción y felicidad. Si ello era junto a Ramiro y los niños sería lo más maravilloso y perfecto; si era solo junto a estos últimos se debería amoldar a ello y junto con abrir su mentalidad al cambio disfrutar de lo que Dios le había dado: fuerza, valor, entrega y sacrificio. Para Ramiro era más simple, Lorena era su vida, lo que más amaba en el mundo. Después venían sus hijos, con los cuales compartiría cada cosa por él aprendida. Mas el hipotético cambio de esquema al cual debería ajustarse su vida, no le atraía demasiado. Siempre había sido de la idea de dejar hacer en el amor y no comprometer sus más íntimos sentimientos.
Se miraron fijamente a los ojos y por un momento comprendieron que Dios había elegido la primavera para entregarles una nueva oportunidad de volver a sonreír y ser felices. Ana María sigilosa, se retiró junto al niño, dejándolos solos.