Читать книгу Exabruptos. Mil veces al borde del abismo онлайн

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En el lugar se hizo silencio:

–Quiero compartir con todos ustedes una feliz noticia: ¡seré papá nuevamente! ¡Esto es sensacional!

Luego, mirando al cielo exclamó:

–¡Gracias, Padre mío, por esta bendición! ¡Gracias!

Un desconcertado pero espontáneo aplauso se hizo escuchar a través de toda la sala. Se bajó de la silla e intentó tomar en brazos a su mujer. Lorena sonrojada se resistía.

–¡Eres un loco maravilloso! –no dejaba de repetir–. Si sigues así, mi corazón explotará de tanta emoción.

Aquello era un divino espectáculo que ni el mismo William Shakespeare habría sido capaz de dramatizar. Love Story era una insignificancia decadente frente a tanta dulzura que acaparaba cada centímetro de sus vidas. Varias damas mayores se acercaron a la mesa y los felicitaron, especialmente a la futura madre, con la cual muchas de ellas se deben haber identificado; las que no, simplemente la envidiaron. Los hombres atinaron a reírse entre ellos y a hacer comentarios burlescos de la situación. La administradora prefirió ignorar el acontecimiento y los mozos se encogieron de hombros.

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