Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

153 страница из 160

Si Judy viniera hoy a mi casa y me dijera: “Toma una muda de ropa y sube al auto rápidamente. Vamos de paseo”, lo haría sin dudar. Aunque ella no me dijera adónde vamos, me subiría al auto sin protestar y empezaría a disfrutar de la aventura. Quiero tener una relación así con Jesús. ¿Qué me lo impide? Mi deseo de controlarlo todo.

El control no es más que una ilusión, ¡pero cómo cuesta soltarlo! Es un mecanismo de defensa para tratar con nuestros miedos: miedo al fracaso, al dolor, a la muerte... Controlamos y manipulamos para sentirnos más poderosas (o un poco menos vulnerables). Nos enojamos cuando las cosas no salen a nuestro modo, porque es como si la vida nos gritara en la cara: “¡No tienes todo bajo control!”

Seguir a Jesús implica ceder el control. Pero la incertidumbre no es nuestra archienemiga, sino un regalo. Que Dios nos regale incertidumbre es como recibir un par de medias para Navidad. Todos los niños prefieren juguetes, pero los padres entienden la diferencia entre “querer” y “necesitar”. Si abrazamos la incertidumbre, aumenta nuestra tolerancia al riesgo y nuestra dependencia de Dios.

Правообладателям