Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

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El psiquiatra cristiano Timothy Jennings, en su libro The God-Shaped Brain [El cerebro moldeado por Dios], utiliza la neurociencia para demostrar que las ideas que tenemos acerca de Dios reconfiguran nuestro cerebro. Creer y meditar en un Dios de amor, según él, “se ha asociado con crecimiento en la corteza prefrontal […] y el subsecuente aumento en la capacidad para sentir empatía, simpatía, compasión y altruismo. En otras palabras, adorar a un Dios de amor estimula el cerebro a crecer y sanar”. Por otro lado, si adoramos a un dios tirano, punitivo o distante, “los circuitos del miedo se activan, y si no son calmados, resultan en una inflamación crónica y daño tanto al cerebro como al cuerpo”, agrega. Las ideas que tenemos con respecto a Dios no son inofensivas. Lo que contemplamos realmente nos transforma a su imagen.

La buena noticia es que Jesús vino al mundo a desbaratar todas las ideas distorsionadas que tenemos acerca de Dios. Es por esto que Jesús dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Juan 14:9); y también dijo: “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). El amor nos libera del miedo. Cuando Jesús extendió sus manos y dejó que fueran perforadas en la cruz, el mensaje escrito con su sangre fue irrefutable: “Prefiero morir que vivir sin ti”.

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