Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн

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La Biblia dice que el Cordero es digno de tomar el poder (Apoc. 5:12). Esta bellísima alabanza tiene una importancia teológica que a veces ignoramos. Dios no se relaciona con el poder, la riqueza o la gloria como lo hacemos nosotros. ¡El sacrificio de Jesús lo demuestra! Dios no usa su poder para servirse a sí mismo, como un tirano caprichoso. El poder no lo corrompe ni se le “sube a la cabeza”. Como escribe el psiquiatra cristiano Timothy Jennings en The God-Shaped Brain [El cerebro moldeado por Dios]: “Él prefiere permitir que sus criaturas lo maltraten y lo maten, en lugar de usar su poder para detenerlos. ¡Qué libertad, qué liberación tenemos en Dios! Verdaderamente, digno, digno, digno es el Cordero que fue inmolado. Él es digno de recibir todo el poder porque ha demostrado que no abusa de él”.

El amor y el poder de Dios son infinitos y se manifiestan juntos. El Cordero es digno de romper los sellos y abrir el rollo porque con su sangre pagó el rescate (Apoc. 5:9). Comentando acerca de las tentaciones en el desierto, en A Loving Life [Una vida amorosa], Paul Miller describe cómo Jesús se rehusó a separar el poder y el amor. “Cada una de las tentaciones en el desierto intenta lograr que Jesús use su poder para [servirse a] sí mismo, pero él se niega a usar poder divino para convertir una piedra en pan, a usar su divinidad para protegerse de las consecuencias de su humanidad”. Dios no abusa de su poder, sino que se sacrifica por amor. ¡Toda la gloria, la honra y el poder le pertenecen!

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