Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн
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El mensaje de la historia de Rahab es claro: tu pasado no determina tu futuro. Dios no se conformó con salvar la vida de Rahab y la de su familia. Dios no le dijo: “Bueno, te salvé de morir en la ciudad, pero no esperes mucho más. Como tu pasado es tan horrible, Rahab, ahora debes conformarte con mendigar entre esta gente”. ¡No! La gracia de Dios es escandalosamente generosa. Dios no solo la salvó, sino también le dio un futuro extraordinario. Rahab se casó con Salmón, uno de los espías, y dio a luz a Booz, quien se transformaría en el marido de Rut.
¡Tu pasado no determina tu futuro! Abuso sexual, maltrato emocional, abandono, adicciones, malas decisiones… Realmente no importa qué es lo que hay en tu pasado; lo que importa es quién sostiene tu futuro. La salvación de Dios es mucho más grande que nuestros pecados (o la manera en que otros pecaron contra nosotras). Los planes de Dios son infinitamente más grandes que nuestro pasado y más poderosos que cualquier trauma. Esta mañana, cuando te mires en el espejo antes de salir de la casa, quiero que veas una mujer hermosa, con un futuro extraordinario. Porque, como escribe Preston Sprinkle en Charis, “Llevas puesta una corona de gloria y honor. El Rey […] de la creación la colocó sobre tu cabeza. Cuando tú te miras al espejo y ves cicatrices y granos, abuso, soledad y dolor, Jehová ve gloria y honor”. Tu pasado no determina tu futuro. ¡Dios determina tu futuro!