Читать книгу Sin miedos ni cadenas. Lecturas devocionales para damas онлайн
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Dios quiere arremangarse la camisa y ayudarnos a ordenar, no quedarse sentado en la sala mientras escondemos nuestra vergüenza. Él quiere ensuciarse las manos para limpiarnos. Quiere perdonarnos. Quiere que lo dejemos pasar al sótano, donde tenemos guardados antiguos recuerdos dolorosos, para poder sanarnos. Él quiere reescribir la historia y darnos una perspectiva sana, libre de culpa. ¿Le abrirás la puerta?
Jesús, a veces siento tanto miedo y vergüenza de lo que puedas descubrir en mi corazón si te dejo pasar... Sin embargo, tú lo ves todo y aun así me amas. Hoy quiero abrir la puerta de par en par, quiero que entres a las áreas de mi vida a las que antes no te permití acceso. Ven con tu amor y tu sanidad. Ven con tu aceptación y tu poder. ¡Ven!
3 de febrero
El Dios que me ve
“A partir de entonces, Agar utilizó otro nombre para referirse al Señor, quien le había hablado. Ella dijo: ‘Tú eres el Dios que me ve’ ” (Gén. 16:13, NTV).
Tuve uno de esos sueños en los que estaba desnuda en público; en el autobús, para ser exacta. Me estaba cambiando de ropa ahí, con toda la gente mirando. Ni en el sueño podía entender mis acciones. ¿Qué hago semidesnuda aquí, en frente de todos? Pero ¡qué vergüenza!