Читать книгу Más allá del ayer. Misioneros en África para Jesús онлайн

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Para aquella comida, Karl se había puesto su traje bueno, el negro. El capital saludaba en la entrada del comedor. A su lado, un oficial armado con una lista de pasajeros mencionaba el nombre de los que entraban:

–Bienvenido, pastor Noltze. De modo que usted es el misionero –señaló el capitán mientras recibía a Karl con una amplia sonrisa.

El apretón de manos fue agradablemente firme.

–Es siempre especial para nosotros tener un religioso a bordo –agregó.

A su lado, estaba el primer oficial, quien también saludó en forma amable:

–Es un gran honor.

Aquello fue todo muy formal. Al menos así le pareció a Karl, quien por un momento se preguntó: “¿Habrá habido algo de ironía en las palabras del capitán o fueron estas realmente sinceras?” Tras meditarlo por una fracción de segundo, se decantó por creer en la honestidad de su anfitrión de aquella noche.

–¡Gracias por la bienvenida, capitán! –señaló enérgico.

Sin embargo, notó que, de algún modo, hacía falta algo más, de modo que agregó con una amplia sonrisa:

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