Читать книгу Jesús, el Hijo de Dios. Explorando la identidad divina de Cristo онлайн

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Por supuesto, no podemos culpar a nadie por tratar de dar sentido a un pasaje difícil. Cuando se trabaja con la metodología de textos-prueba, concentrándonos en unos pocos árboles y dejando de ver todo el bosque, es un gran desafío entender que “Dios” pueda a la vez ser “engendrado” como “Hijo de Dios”. Así que, o dejamos de lado los versículos que no encajan, o los interpretamos de modo abusivo. Quienes defienden la posición contraria generalmente responden ensartando su propia lista de versículos y ofreciendo sus propias interpretaciones forzadas. Así que, terminamos atrapados en un callejón sin salida, oponiendo mis textos probatorios escogidos contra los tuyos y los tuyos contra los míos.

Pero hay una solución, y veremos muy claramente que es la solución una vez que nos comprometamos con ella y veamos a dónde conduce:

Lee la Biblia.

De tapa a tapa.

En sus propios términos.

Cuando leemos la Biblia como un relato en desarrollo, como la gran historia que realmente es, con personajes clave presentados en una línea argumental con una intención concreta, el significado de la filiación de Cristo se vuelve evidente de manera inequívoca. En otras palabras, si realmente queremos entender el sentido en el que Jesús es el Hijo de Dios, necesitamos salir de nuestra selección personal de versículos para entrar en el gran relato histórico que los profetas están contando.

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