Читать книгу Jesús, el Hijo de Dios. Explorando la identidad divina de Cristo онлайн
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Pero aquí la historia da un vuelco trágico. Se impuso una interrupción del plan original:
Una interrupción que llamamos la Caída de la humanidad.
Una interrupción en la que Lucifer, el ángel caído, engañó a la humanidad para que creyera que Dios es arbitrario, represor, no confiable y egoísta (Gén. 3:1-5).
Una interrupción que casi borró la “imagen” de Dios en la persona del “hijo de Dios”, y perturbó así su capacidad de transmitir claramente la imagen de Dios de generación en generación.
Y, como hubo una interrupción, se necesitó una intervención:
Una intervención que tendría que producirse desde el seno de la situación humana.
Una intervención que abriría un nuevo camino con un nuevo punto de partida.
Una intervención que vendría bajo la forma de un nuevo “Hijo de Dios” para reemplazar a Adán, una nueva cabeza de la raza humana que restablecería la “imagen” de Dios en la humanidad.
Inmediatamente después de la Caída, el Creador formuló una profecía en forma de amenaza contra Satanás y de promesa para la humanidad: