Читать книгу Jesús, el Hijo de Dios. Explorando la identidad divina de Cristo онлайн
46 страница из 50
Moisés subió al Monte Sinaí para recibir los Diez Mandamientos de parte de Dios y luego los entregó a Israel (Éxo. 19; 20). Jesús se posicionó en otro Monte de Israel, anunció que había venido a cumplir la Ley, magnificó su significado relacional y proclamó sus bendiciones, o bienaventuranzas, a todo el pueblo (Mat. 5-7).
El antiguo Israel se formó a partir de los doce hijos de Jacob y sus descendientes (Gén. 35:22-26). Jesús siguió deliberadamente este modelo narrativo al llamar a doce apóstoles, de los cuales surgió una posteridad espiritual que se convertiría en la continuación de Israel, ahora llamada iglesia, compuesta por creyentes de todas las naciones (Mat. 10:1-4; Gál. 3:29; Efe. 2:19-22).
Israel fue llamado por Dios para ser “un reino de sacerdotes, y una nación santa”, con el propósito de ser una luz para todas las naciones, con el fin de incorporar en este Israel (espiritual) al resto del mundo (Éxo. 19:6; Deut. 4:5-8, 40). La iglesia fundada por Jesús es el nuevo Israel, llamado a ser “un linaje escogido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios” (1 Ped. 2:9), compuesto por gente de todas las naciones (Apoc. 7), con la misión de llevar la luz del amor de Dios al mundo entero (Mat. 24:14; 28:18-20; Apoc. 14:6).