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¿Qué lees?

Una amiga, que sabe cuánto me gusta leer, me preguntó qué libro leía.

–La Biblia –respondí.

Ella me lanzó una mirada un tanto burlona y guardó un elocuente silencio.

Al considerar esa breve conversación, me he planteado algunas preguntas. En primer lugar, ¿por qué mi respuesta dejó momentáneamente sin palabras a mi amiga? ¿Se trata realmente de una respuesta tan extraña? Yo leo muchas cosas diferentes, pero en ese momento efectivamente leía mi Biblia con suma atención. Además, ¿por qué no tendría que gustarme leer la Biblia? Es el libro más publicado de todo el mundo en cualquier idioma y uno de los más antiguos. Muchas personas la han copiado en secreto, la han trasladado de contrabando y han pagado grandes cantidades de dinero para conseguir su propio ejemplar personal. Mucha gente incluso ha muerto por ese Libro. Si es verdad que ha sido tan valioso para otros a lo largo de la historia de este mundo, no veo por qué sería menos preciado para mí hoy.

Entonces, mi querida amiga, después de quedarse un instante con la mirada vacía, respondió:

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