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¡Estoy tan ocupado en este momento! ¿Cómo voy a encontrar tiempo para leer la Biblia?
Tengo tantas cosas que hacer y siempre estoy tan cansada que, en cuanto abro la Biblia, el sueño me vence.
No puedo evitarlo: cada vez que trato de leer la Biblia, me distraigo y me pongo a pensar en otras cosas.
Para mí, la Biblia es anacrónica y me resulta irrelevante. No me parece que diga alguna cosa relevante sobre lo que vivo en estos momentos.
Siento como si ya lo hubiera escuchado todo antes, las mismas historias, los mismos pasajes. ¿Qué de nuevo podría aprender?
Es que, sencillamente, a mí no me gusta leer.
En el fondo, me siento un poco incómoda cuando leo la Biblia. Como no vivo como Dios quiere, difícilmente podrá hablarme por medio de su Palabra.
Si has tenido alguno de esos pensamientos, te tengo una buena noticia: ¡tu caso ni es el único ni está perdido! Esas son algunas de las mentiras que el diablo nos susurra para evitar que abramos la Biblia, porque su poder vivificante es capaz de cambiarnos para siempre. Todos escuchamos esas mentiras de vez en cuando.