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Hasta que…¡A-ten-ción! ¡Es-cu-chen! ¡Res-pi-ren!¡Yaaa!
Aquí están nuestras voces con emoción, alma y Corazón en las tres canciones seleccionadas.
Entonces el jurado se pone de pie para aplaudirnos ¿viste? Es para que no dudes que hemos cantado bien. Y…que… ¡Aunque sea por esta vez! hicimos un esfuerzo y nos acordamos de las recomendaciones y directivas de nuestra profe.
La alegría se reflejaba en su rostro. Era tanta, pero tanta su satisfacción que dijo a viva voz
-¡¡Por fin!! Salió como yo quería.
Fue por eso que trajimos los Primeros Premios. Los premios son de todos. Pero mucho más, son por la constancia de la profe. El Coro es su Causa y los premios son el Efecto de su Causa.
Por las noches, durante las cenas, los grupos musicales que amenizaban, nos iban transportando a nuestra época de juventud no tan lejana.
La tarde previa al baile de disfraces, Dorita, se la pasó tratando de pegar sus pestañas postizas con boligoma. ¡Cómo se lució! ¿Viste?
Corrió tanta adrenalina en las reuniones que Don Emilio aprovechó para dar clases de canto a Dorita y a Edith y fue en ese momento en que la locutora avisó a viva voz que, en la mesa Nº 15 se había quedado un marido olvidado.