Читать книгу Micky Ondas, un goleador de otro planeta онлайн

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Era su primera mirada de algún lugar del planeta Tierra, algo que en Tac nadie había visto jamás.

Advirtió que se encontraba en una ciudad con casas bajas y amplias aceras y pudo notar mucha vegetación a los costados de las calles, en las que transitaban pocos vehículos.

Siguiendo su camino se cruzó con uno o dos terrícolas que ni siquiera notaron su presencia pues también iban mirando sus aparatos, que Micky finalmente reconoció como teléfonos móviles. De pronto, con lógica, pensó: “Si la orden es pasar inadvertido, yo también debería ir caminando mirando la pantalla de un móvil”.

Buscó en su mochila y encontró su celular ya encendido. Ima había pensado muy bien en las cosas que le iban a ser útiles para su estadía en la Tierra.

Continuó andando y, de pronto levantó su mirada y pudo ver, brillante y redonda, a la Luna. En Tac él había observado y estudiado millones de cuerpos celestes; sin embargo, al contemplar la luna, tan plena, experimentó algo que en su planeta, donde se refrenaban los sentimientos, jamás habría podido: lo extraordinario que para él era estar allí y la sensación de percibir algo parecido al temor. Temor de que lo descubrieran, de no alcanzar sus logros o de defraudar a sus padres.

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