Читать книгу El Pueblo del hielo 10 - Tormenta de invierno онлайн

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—Villemo —dijo Liv—, sabes que ahora sois tres con los ojos amarillos del Pueblo del hielo. No temo que sean malvados, porque ninguno de vosotros ha heredado la maldad. Pero sé que tú eres la que tendrá el destino más difícil.

—Pero ¿por qué, bisabuela?

—Porque tienes la misma alma ardiente que Sol, mi pobre prima y hermana adoptiva. Ella había estado mucho peor que tú, más afectada, pero tú aún eres espeluznantemente parecida a ella en personalidad y carácter. Siempre piensa al menos cinco veces antes de hacer algo, Villemo. Es demasiado sencillo actuar con imprudencia cuando eres tan intensa respecto a todo lo que hagas. Si logras mantener cierto balance, tendrás una vida más afortunada que la mayoría.

Villemo había asentido y le había dado un largo y cálido abrazo a su bisabuela. Cuando salió del cuarto, había oído un susurro triste:

—Mi pobre niña. ¡Que el Señor se apiade de ti!

Su bisabuela había tenido razón. Pero Villemo había descubierto lo difícil que era mantener su equilibrio, en especial porque tenía un deseo irrefutable de embarcarse en cada aventura que cruzaba su mente.

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