Читать книгу 100 Clásicos de la Literatura онлайн
1224 страница из 1361
-¿Wentworth? ¡Acabáramos! El párroco de Monkford. Me desorientó usted dándole el tratamiento de caballero. Pensé que hablaba usted de algún propietario. Ese señor Wentworth no era nadie, ya recuerdo. Completamente desconocido, sin ninguna relación con la familia de Strafford. No puede uno menos que extrañarse al ver tan vulgarizados muchos de nuestros nombres más ilustres.
Cuando el señor Shepherd se dio cuenta de que este parentesco de los Croft no impresionaba a Sir Walter favorablemente, la dejó de lado y volvió con el mayor celo a insistir en las otras circunstancias más convincentes. La edad, el número y la fortuna de los componentes de la familia Croft; el alto concepto que tenían de Kellynch Hall y su extremado empeño en arrendarlo; hasta tal punto que no parecía sino que para ellos no había en esta tierra más felicidad que la de llegar a ser inquilinos de Sir Walter Elliot, lo cual suponía por cierto un gusto extraordinario, que les hacía acreedores a que Sir Walter les considerase dignos de ello.