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En alguna de estas acciones la familia real perdió a uno de sus miembros: Fernando, el tercer hijo del rey y de la reina Beatriz, murió en combate.

La presión de las tropas de tierra más la de la marina fue limando la capacidad de resistencia almohade. Recién entonces comenzaron las negociaciones para la capitulación o pleitesía, en las cuales Alfonso participó activamente. Fue una tarea compleja y que se extendió en el tiempo como táctica de los moros en espera de la llegada de refuerzos.

Fernando III rechazaba todas las ofertas de rendición planteadas por los musulmanes, hasta que ya no estuvo dispuesto a negociar. Y el rey cristiano fue tajante. Tal como había impuesto a otras ciudades y villas que se resistieron a su avance, obligó a los almohades a entregar y abandonar la ciudad, aunque les permitió llevarse sus armas y pertenencias.

De esta forma, el 23 de noviembre de 1248 y luego de un asedio de dieciséis meses, Sevilla fue tomada. ¿Simple casualidad o favorable intervención del signo zodiacal del infante? Porque en esa fecha culminante para la expansión cristiana en la península, el heredero cumplió veintisiete años.

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