Читать книгу Siempre De Azul. Cuentos Escritos En Pandemia онлайн

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Una vez con el título, la cosa cambió. Ahora, es la chef de un prestigioso restaurante de platos italianos de la capital.

—Las bandejas están listas para acomodar la pasta —indica en voz alta— Vamos, vamos a desmenuzar el pollo.

Los cocineros, hombres y mujeres con gorros blancos en forma de hongos, le responden con actos y con muy pocas palabras pero ella los ayuda a organizarse muy bien.

Se prepara salsa blanca. Se pica cebollas y pimientos coloridos, champiñones, espinaca. Se ralla queso mozzarella y parmesano en grandes cantidades. Se mueven varias manos y se hacen muchas cosas a la vez.

Sobre una gran alacena de madera, hay decenas de frascos. Los altos con aceite extra virgen de oliva, los anchos con aceitunas, los más pequeños con sal, junto están los moledores de pimienta y todo se ilumina con la luz de la ventana que está detrás. En una estantería rústica, botellas de vino mediterráneo y de Llimoncello, el famoso bajativo de Sorrento. Tomates cereza secos y encurtidos. Vinagre balsámico de manzana y de jerez. A un costado, la puerta de una bodega donde se almacenan las harinas, las conservas, el azúcar, la pimienta, el arroz para los risottos y la miel.

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