Читать книгу Seguir soñando historia. Una nueva antología de relatos онлайн

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– Sí, mi señor, antaño usábamos también pictogramas, como su pueblo, pero evolucionamos al cuneiforme ya que así podíamos registrar de forma sencilla los intercambios comerciales, las pérdidas y ganancias del comercio.

El faraón llamó a sus escribas y estuvo departiendo unos minutos con ellos. Continuó hablando tras ello:

– Mis sabios y yo, te concedemos la duda de la escritura. Vuestra evolución puede indicar que sois la primera civilización en registrar por escrito una lengua, pero los otros inventos que nos comentaste los ponemos más que en duda. No dudamos de tu honradez, pero si lo hacemos por nuestro propio desarrollo como pueblo. Tenlo presente cuando vuelvas a tu país y comercies con otros pueblos, relata a todos la grandeza de nuestro reino.

– Así lo haré mi señor, no tenga duda.

– Bien, pero dime – el faraón tomó una tablilla al azar y señaló una parte de la misma – aquí, ¿qué pone exactamente?

– Si te meten en agua se volverá fétida, si te cuelan en un huerto se pudrirán los frutos. – El sumerio al darse cuenta de lo leído se puso rojo – Disculpe mi señor, es lo que dice realmente ya que es un escrito referido a los que infringen las leyes recurrentemente.

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