Читать книгу Seguir soñando historia. Una nueva antología de relatos онлайн

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Tanta fue su grandeza que se le dedicó el más bello santuario egipcio, Abu Simbel, y se coronó su existencia en una nebulosa tal de divinidad que los egipcios debatían si Ramses II se había casado con una humana o una diosa que era capaz de viajar en un carro mágico. No con los que el faraón ganaba batallas, algo mucho más deslumbrante que cegaba a los impíos.

Cleopatra seguía engalanando su sueño, su futuro y, mientras, su tutor hablaba de cómo Platón entendía el cambio como ilusorio y la permanencia como real. Ella, pensó, demostraría que una gran mujer puede volver a convertirse en deidad.

LA JORNALERA Y LA PRINCESA

Cuentan las viejas leyendas una curiosa historia sobre ambición e ilusión. Una historia que bien se podría asimilar al reflejo de tu silueta en un lago.

Existía una jornalera muy pobre que se dedicaba a trabajar el campo, se sentía muy desdichada pues no era feliz con su existencia. Trabajaba muy duro y aun así no le daba más que para subsistir, sus sueños estaban muy lejos de hacerse realidad. Ella pensaba que debía haber nacido princesa y se lamentaba mucho de su destino vital. En ocasiones miraba hacia el castillo real y creía observar una mirada melancólica en una joven que debía ser, por la ventana desde la que estaba posicionada, la heredera real. No entendía cómo alguien con esa distinción pasaba las horas mirando a desdichados, no alcanzaba a comprender el porqué de esa triste mirada.

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