Читать книгу Seguir soñando historia. Una nueva antología de relatos онлайн

32 страница из 38

Antipas hablaba como un filósofo y sus palabras llenaban de ánimo mi desconsolado corazón. Cuando me pidió que me acercara donde se encontraba, lo hice como si estuviera hipnotizado por su gesto de la mano. Al llegar a situarme a dos pasos comprendí que no era Herodes Antipas el que hablaba...era otro personaje con rasgos judíos al que no acertaba a reconocer. Entonces recordé que, a menos que hubiera muerto durante mi convalecencia en Antioquía, Antipas seguía vivo...

Cuando pedí su nombre, contestó que, como Aníbal, compartía haber sido perseguido por los romanos y que como Alejandro Magno había intentado unir todos los pueblos conocidos de la Tierra sin discriminación. No entendía nada, ni acertaba a comprender quién me hablaba.

El personaje misterioso que confundí con Antipas parecía tener influjo sobre los grandes generales allí presentes. Señaló a Escipión, ahora César sin capucha, y comentó que como ellos había resucitado a la vida y sin embargo las gentes que vivían en el orbe seguían sin entender el verdadero mensaje.

Правообладателям