Читать книгу Guía práctica para descubrir la voluntad de Dios онлайн

16 страница из 26

El problema no es lo que Dios sabe o no sabe. Es cuán limitados estamos como seres finitos para comprenderlo. Yo no sé cuánto sabe Dios, y no estoy seguro si quiero ser el encargado de delinearlo, simplemente porque me cuesta mucho entenderlo.

Es cierto que Dios declara con anticipación algunos aspectos del destino de una persona. Le dijo a Abraham que sería el ancestro de aquél que habría de salvar el mundo:

“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición” (Gén. 12:2).

Moisés fue salvado milagrosamente en un canasto y fue criado con el entrenamiento de un rey a fin de prepararse para librar de la esclavitud al pueblo de Dios e introducirlo en la Tierra Prometida. No cabe duda de que Moisés fue elegido desde su nacimiento para un propósito específico en la vida. Luego de que Moisés había sido preparado por el desierto, Dios dijo: “Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto [...]. te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel” (Éxo. 3:7, 10).

Правообладателям