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Hilary Putnam escribió que “los esfuerzos por proporcionar una base para el Ser y el Saber [...] son esfuerzos que han fracasado de manera desastrosa, y no podríamos haberlo visto hasta que se les dio tiempo para probar su inutilidad”.103

La cueva

El contraste entre lo que es real y cómo nos parecen estas cosas no es nada nuevo. Hace 2.400 años, Platón, en La república, usó una metáfora para describir este problema.

“Imagine una cámara subterránea, como una cueva, con una extensa entrada abierta a la luz del día, de la anchura de la cueva. En esta cámara hay hombres que han estado prisioneros allí desde que eran niños. Sus piernas y cuellos han estado tan ajustados que solo pueden mirar hacia adelante y no pueden girar las cabezas”.104

Luego dice que afuera de la cueva hay un incendio, y entre la cueva y el incendio hay un camino por el que pasan varios objetos. De acuerdo con su metáfora, todo lo que verán las personas de la cueva serían sombras en la pared de la cueva de las cosas en el camino que pasa detrás de ellas. Confundirían a las sombras, que es todo lo que les revelan sus percepciones sensoriales, con la realidad. “¿No asumirían que las sombras que vieron eran cosas reales?”.105

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