Читать книгу Un despropósito ecuatorial. Volumen I онлайн

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Ángel Barrera resultó ser un cronista apabullante. Se parece en eso un poco a Ernesto Giménez Caballero.155 Ya en 1907 había escrito un informe titulado Lo que son y lo que pueden ser las posesiones españolas del golfo de Guinea. Miquel Vilaró dice que sus notas interminables se encuentran ´profusamente desordenadas´ entre las cajas del AGA.156 Subraya además -después de haber trabajado sobre esos papeles-:

…cuando Barrera lo afirma, yo le creo. Hay tanta coherencia en todos sus escritos que no pueden ser el discurso de un mentiroso.

Y sin embargo él -que escribía con tanta verborrea- nunca quiso, a diferencia de otros gobernadores, dejar por escrito sus vivencias. Una pena.

Finalizada la guerra acabó también la internación. Los cameruneses fueron devueltos a su tierra. Uno de los barcos que participó en la evacuación fue el Ciudad de Cádiz -el mismo en el que viajará el poeta León Felipe-.

El Ciudad de Cádiz se había llamado antes Infanta Cristina -nadie hablaba entonces del Instituto Nóos- y tiene también su historia. Cuando se produjo la anterior proclamación de la República Catalana (que duró un día -el 6 de octubre de 1934- en lugar de los ocho segundos de la de Puigdemont)157 fue utilizado en Barcelona como prisión flotante. Un antecedente del barco de Piolín. En él estuvo preso, entre otros muchos, Lluís Companys.158 Hay en internet fotos en las que aparecen los reos saludando desde cubierta a sus familiares, que rodean el Ciudad de Cádiz en barcas de pescadores.

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