Читать книгу Un despropósito ecuatorial. Volumen I онлайн

49 страница из 198

Las cartas de Juanola, cuya sepultura he visitado en el cementerio de Elá Nguema -su tumba está junto a la del gobernador Barrera-, así como los escritos de Irisarri o los informes de Argelejo se encuentran todos publicados en la mencionada colección de Ceiba.

Su jeta iba a servir más tarde para ilustrar además dos sellos (uno de 25 céntimos -en negro- y otro de 1 peseta -en rojo-) en la España de 1963. Los heredé de la colección de mi abuelo y los tengo conmigo en Malabo, pero prefiero referirme a ellos en otro capítulo.62

1885 fue un hito importante en la periodización política que estamos siguiendo, porque aquel año -con los claretianos recién llegados a Fernando Poo- los europeos se repartieron el continente. Lo hicieron en una Conferencia promovida por Otto Von Bismark. En Berlín. Como si de una pizza en el cumpleaños de un niño gringo se tratara. Conforme a Juan María Calvo, los territorios -dispersos- que le fueron asignados a España (el protectorado de Marruecos, Ifni, Sáhara, Río Muni y Fernando Poo) sumaban entre todos aproximadamente el 1% del continente, mientras que tanto Francia como Inglaterra se habían reservado cada una para sí más de un tercio de la superficie africana.63

Правообладателям