Читать книгу Un despropósito ecuatorial. Volumen I онлайн

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Considerando que según los criterios colonialistas la ocupación de la costa generaba derechos sobre el interior, Ballano estima que el área original que los portugueses habían cedido a España en el siglo XVIII debía rondar los 300.000 km cuadrados -por tenerlo como referencia, la propia España tiene en la península unos 500.000-, pero de ellos en Berlín solo se reconocieron a Río Muni 188.000.

El mayor tijeretazo a las pretensiones africanas españolas llegó sin embargo quince años más tarde. Las presiones expansionistas de Francia, Inglaterra y Alemania, unidas a la incapacidad manifiesta de España para colonizar el territorio adjudicado -el gobierno había estado mucho más interesado en tratar de mantener Filipinas y las últimas colonias americanas que en atender a los territorios africanos-, forzaron la firma de un nuevo Tratado. En París. Allí se redujo drásticamente aquella superficie a 28.000 km cuadrados, que son más o menos los que tiene hoy la parte continental de Guinea Ecuatorial, un país pequeño -solo ligeramente más grande que El Salvador-.

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