Читать книгу El fascista estrafalario. Volumen II онлайн

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La intención en todo caso es añadir una pieza más -la mía- contra cualquier posible adanismo ingenuo a la hora de recibir al posfascismo. Porque viene con una careta que, sobre todo a la gente más joven, puede resultarle atractiva.

La paradoja de esto es que le hago un favor un poco anacrónico a Giménez Caballero, que tanto quiso ser recordado. Me acuerdo de él yo en un momento en el que ya nadie lo hace.

ssss1 La Gaceta Literaria fue magnífica. Y su intento de casar con Hitler a Pilar Primo de Rivera, memorable.

Gecé

El ansia por perdurar

Me siento un poco en la obligación de explicar (y sobre todo de explicarme a mí mismo) por qué he tolerado que durante más de dos años la sombra de Giménez Caballero haya ocupado tanto espacio en mi cabeza, convertida en una fijación incómoda y casi obsesiva. Creo que es porque su figura no solo constituye una de esas piezas imposibles de encajar, sino porque ilustra la historia de la tragedia española. Y de modo colateral, un complejo fracaso personal.

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