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Lo decía Blas de Otero. Tal vez porque el juego de las palabras es lo único de que disponemos para desarmar (también en los dos sentidos) el desorden inabarcable que nos amenaza.

En Malabo, a 16 de julio de 2019

ssss1 La vuelta al día en ochenta mundos. Julio Cortázar. 1967.

ssss1 El tango de la vuelta. Julio Cortázar. Editions Elisabeth Franck. Bruselas, 1984.

ssss1 Décimas escolares. Décimas febriles. Alberto Quintana. Ed. Arandurá. Asunción, 2014.

ssss1 Lo hago también por ella. Quisiera acabarlo para que pueda leerlo antes de morir, pero es un trabajo lento y temo no disponer de mucho tiempo.

ssss1 En realidad, la sospecha.

ssss1 Digo vivir. Blas de Otero. Redoble de conciencia. 1951.

Introducción al segundo cuaderno

El fascista estrafalario

Siempre me ha sorprendido -por incompleta- esa idea tan extendida que asocia la memoria histórica al recuerdo y homenaje de las víctimas.

Eso es imprescindible, claro; y por supuesto que la reparación es un imperativo de justicia. Pero de quien tiene en verdad peligro olvidarse es de los verdugos. No vaya a ser.

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