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Desde el primer momento La Gaceta Literaria incluyó en sus páginas textos en catalán y en gallego, fiel a la idea de promover las lenguas ibéricas diferentes del castellano (Giménez Caballero asegura en sus memorias que intentó también incluir el euskera). Hubo en su interior una Gaceta catalana, una Gaceta americana y también una Gaceta sefardí. Incluso a partir del número 49 una Gaceta portuguesa, muy relacionada con la revista literaria de aquel país Presença.

El director de La Gaceta catalana fue Juan Chabás, un valenciano de Denia que en la guerra llegó a ser comandante en las milicias comunistas y que acabaría por suicidarse en Cuba, arrojándose desde una ventana.

El equilibrio imposible entre tradición y revolución acabará por romperse en La Gaceta Literaria durante los años 29 y 30, en los que poco a poco cada escritor comienza a posicionarse ante la polarización política que se va haciendo cada vez más irrespirable.

Uno de los detonantes fue la aparición en la edición del 15 de febrero de 1929 de un artículo firmado por Giménez Caballero con el título Carta a un Compañero de la joven España.122 Hay quien se ha referido a esas páginas como el Gimenazo y son consideradas la primera proclama fascista en España.

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