Читать книгу Un mundo made in China. La larga marcha hacia la creación de un nuevo orden mundial онлайн

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Esa primera guerra concluye con la firma de un acuerdo (Tratado de Nanjing, agosto de 1842), que es el primero de varios tratados que va firmando el emperador en la medida que, paulatinamente, China es derrotada, cede y paga. Esos tratados tuvieron tremendas consecuencias para lo que hoy es China. En agosto de 1842, los términos del Tratado de Nanjing, ya traducidos al chino, fueron firmados por los comisionados manchúes y el gobernador general de Liangjiang. El emperador aceptó el tratado en septiembre, y la reina Victoria (reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, y desde 1877 también emperatriz de la India) lo ratificó a fines de diciembre.

Se los conoce como tratados “desiguales”, y es desde allí que esa experiencia y cruce de intereses con las potencias de entonces que China moldea una apreciación sobre Occidente. Perspectiva que aún hoy salpica la relación con este lado del mundo. Lo que pasó entonces, hoy, sigue presente en la memoria histórica del país. De otra manera, pero presente al fin.

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