Читать книгу Un mundo made in China. La larga marcha hacia la creación de un nuevo orden mundial онлайн
17 страница из 58
Fue en plena rebelión Taiping que Gran Bretaña aprovecha para pedir al emperador revisar el tratado de 1842, porque el acuerdo que había alcanzado China con Estados Unidos después incluyó una cláusula mediante la cual los acuerdos podrían revisarse cada 12 años. Por aplicación de la cláusula de la nación más favorecida (según la cual todos los poderes extranjeros compartían los privilegios que cualquiera de ellos pudiera obtener de sus negociaciones con China), la corona británica embate para conseguir más prerrogativas, que a la postre llevan a la Segunda Guerra del Opio.
En suma, en ese período los chinos cruzaron armas contra lo que hoy es Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia, Japón y varios otros países de hoy y recortes geográficos que ya no existen. Aunque los tratados de China con Gran Bretaña (1842-1843), con Estados Unidos y Francia (ambos de 1844), y con todos ellos más Rusia en 1858 fueron firmados entre poderes soberanos iguales, en realidad la historia (y el ascenso chino más reciente) los trata como lo que objetivamente constituyeron: capitulaciones del emperador chino de turno para detener el deterioro político, militar y económico del imperio.