Читать книгу Un mundo made in China. La larga marcha hacia la creación de un nuevo orden mundial онлайн
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Pero el oprobio para la corte china no devino simplemente por firmar acuerdos desventajosos.
Antes de las guerras del opio, ya los británicos y estadounidenses en Guangzhou exigieron el tratamiento de extraterritorialidad porque se habían acostumbrado a la protección de sus propias leyes en sus relaciones con los Estados musulmanes del norte de África y el Imperio Otomano, y habían sufrido los intentos chinos de aplicar su Derecho penal a los occidentales, sin considerar, según Occidente, las normas que usaban los occidentales como criterio de evidencia o el mismo aborrecimiento que les ocasionaban los métodos de la tortura. Esa doctrina de la extraterritorialidad fue un sistema por el cual los ciudadanos de países extranjeros que viven en China estaban sujetos a las leyes de su país de origen. La cláusula de la nación más favorecida en virtud de los tratados aseguró a otros países los privilegios otorgados a Gran Bretaña, y pronto muchas naciones, incluido Estados Unidos, operaron barcos mercantes y barcos de guerra en las vías fluviales de China.