Читать книгу Las formas del árbol. 300 años de democracia en Chile онлайн
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El ejercicio de la política acompañada de un sistema de organización democrático, en su concepción moderna, a lo más tiene dos siglos y medio, mientras que la historia de las civilizaciones suma a lo menos 80 siglos. Así y todo, la organización política basada en la democracia sigue siendo un concepto relativo y vago, de modo, por ejemplo, que en pleno siglo XXI existen países con regímenes dictatoriales de partido único y sus gobernantes sostienen que allí se ejercita una verdadera democracia, basada en el poder popular. En Cuba, por ejemplo, los ciudadanos pueden votar regularmente, pero deben hacerlo por candidatos seleccionados previamente por el Partido Comunista. También pueden disentir, pero sin poner en cuestión la prevalencia del sistema socialista y tampoco el poder de ese partido, cuya supremacía está establecida en la Constitución.8
A diferencias de las autocracias y dictaduras que se valen de la fuerza para gobernar, los sistemas democráticos son de naturaleza frágil, porque depende de la libre voluntad de las personas. Más exactamente de un conjunto mayor de seres humanos, todos -como ya se dijo- autónomos, impredecibles y cambiantes. Unos más que otros, buscan su bienestar individual y familiar y luego piensan en la sociedad, que es la que al fin y al cabo contiene a los sistemas políticos. Dada esta fragilidad, no son pocos los casos de abuso del poder -en democracia- que han derivado en dictaduras de facto, o últimamente en autocracias populistas, de izquierda y de derecha.