Читать книгу Tú y yo онлайн

20 страница из 65

Y hablando de beber y de fumar, me presentaron a un primo suyo, Peter. ¡Madre mía, qué grande y alto era! Y encima mayor, tenía veinte años. Su cuerpo era de lo que hoy se llama culturista. Le gusté en cuanto me lo presentaron y me invitó a ir a una discoteca con él. Yo accedí. Era la primera invitación formal que me hacía un chico y me pareció todo un acontecimiento. Un mayor se había fijado en mí y, además, tan guapo.

Cuando vino a buscarme, me abrazó para saludarme y me rodeó con sus brazos. Yo me sentí muy pequeñita, me sacaba más de una cabeza y su cuerpo era más de dos veces el mío; sin embargo, su abrazo resultó blandito y suave. Lo pasamos muy bien. Eso sí, me pidió que no dijéramos a sus tíos que nos habíamos fumado un cigarro y que había bebido alcohol. Yo estaba encantada con la Coca-Cola Light, a España no habían llegado aún.

Nos seguimos viendo en varias ocasiones y me regaló un colgante y una tarjeta diciéndome lo mucho que me iba a echar de menos; sin embargo, mi última noche quise pasarla con Patty. Me llevó en coche a pasear por un precioso lago, donde había fogatas. En la lejanía se podía ver a diferentes grupos de gente joven. Ella se fue acercando a diferentes grupos, mientras yo la esperaba en el coche, pero dijo que ninguno de los grupos le gustaba, así que no nos quedamos con ninguno y seguimos nuestra fiesta en casa. Buscamos alcohol en el despacho de su padre para prepararnos un cubata. Quería colocarme con cualquier cosa para olvidar el dolor que me producía saber que en unas horas volvía a España y que ya no iba a volver a verla. No sabía lo que me pasaba, solo sabía que no quería perderla. No acababa de entender mis sentimientos, ni el dolor tan profundo que sentía.

Правообладателям